martes, 12 de agosto de 2014

Begin Again

Begin Again

Director: John Carney

Actores: Mark Ruffalo, Keira Knightley, Adam Levine, Catherine Keener, Hailee Steinfeld, James Corden y Mos Def.

Guión: John Carney

Productores: Tobin Armbrust, Anthony Bregman, Judd Apatow.

Montaje: Andrew Marcus

Fotografía: Yaron Orbach

Música: Gregg Alexander

Producción: Sycamore Pictures, Likely Story, Exclusive Media Group y Apatow Productions.


Hace unos años entre los aficionados al cine y los musicales tuvo bastante éxito una película desconocida para el público general, se trata de Once, un film que bajo su apariencia de historia gafapasta con protagonista checa incluida, escondía una auténtica joya ya no solo del género musical, si no del cine en general, la historia de amor del cantante callejero irlandés y la joven inmigrante se queda grabada en la memoria de todo aquel que la ve apoyada en una magnífica banda sonora.


Una película menos áspera y más amable


En un principio el argumento de Begin Again puede recordar a la anterior película de John Carney, y no nos engañemos, tienen más de un punto en común, pero no por ello debemos considerarla una copia americanizada y suavizada de la anterior como se ha dicho en algún lugar.

De nuevo con la música como parte importante de la historia Begin Again nos cuenta la historia de Gretta, compositora y cantante que rompe con su novio Dave (sorprendente Adam Levine) y Dan un otrora exitoso productor musical y que vive en una crisis familiar y personal permanente desde hace algunos años.

Si no sois excesivamente fans de los musicales, estar tranquilos, no vais a encontraros con escenas en las que los personajes y toda la gente que está a su alrededor se ponen a cantar y a bailar sin ton ni son, si no que la historia está centrada en el mundo de la industria discográfica y por lo tanto la música es parte importante en ella.



Los principales aciertos del film son de nuevo (y digo de nuevo porque en Once pasa algo parecido, así que lo de Carney no es casualidad precisamente) la enorme complicidad y simpatía de su pareja protagonista y una magnífica elección musical y banda sonora en la que los temas no son simples canciones para ambientar la película si no que tienen verdadera importancia y sentido dentro del argumento de la película, como se puede ver en la estupenda escena de ruptura entre Dave y Gretta, en la que la música y las miradas lo dicen todo sin necesidad de diálogo alguno.

He de confesar que Keira Knightley nunca ha sido una actriz que me haya gustado especialmente pero es indudable que en esta ocasión está más adorable que nunca con un personaje que esconde más fuerza de lo que parece por su aparente fragilidad inicial, aunque el que verdaderamente se lleva el gato al agua es Mark Ruffalo tirando de socarronería y cinismo, desprendiendo carisma tanto en sus momentos individuales como en la indudable química en sus escenas con Knightley que llega a su apogeo en una escena con la mejor cita que se pueda llegar a imaginar y en la que de nuevo la música tiene gran importancia.



Tras su experiencia anterior John Carney se sabe dominador de éste tipo de historias por lo que se atreve a jugar un poco más en el modo de contarlo, jugando por ejemplo con los distintos puntos de vista de los personajes a la hora de ver como se llega al primer encuentro de nuestros protagonistas o con una magnífica escena situándonos en la cabeza del personaje de Mark Ruffalo para explicar como construye un productor musical los arreglos de una canción en su mente.

El film nunca reniega de su carácter de feel good movie y pese a que nos presenta varios temas en un principio espinosos como una problemática relación padre - hija tras un divorcio, las dificultades para comenzar de nuevo tras una ruptura o incluso una leve (muy leve) crítica a la industria musical, los aborda de una manera mucho menos áspera que la película anterior del director y los trata de manera mucho más amable (y por lo tanto tal vez superficial).

No se si Begin Again será una película que pase a la historia o quede en vuestro recuerdo de manera permanente, pero sin duda es una inyección de moral y un chute de buen rollo con el que difícilmente ningún espectador salga defraudado.



But are we all lost stars, trying to light up the dark?




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